Consejos de un sacerdote anciano a un joven seminarista

Viví amando a Jesús en cada persona que te cruces...
Él está allí y te tenes que entregar...
q cuando llegue el pecado no te quedes envuelto,

sino entregarlo a Jesús y seguí camino, no te detengas...
Escuche al Espíritu que te va a guiar,
Él habla en todo momento.
Y vas a ser muy feliz.

¿Qué es un seminarista?

Muchas veces nos lo podemos preguntar, las respuestas más comunes suelen ser "un bicho raro" o tal ves "un loco".

Un seminarista es generalmente un joven entre los 17 y 25 años, que descubriendo el amor de Jesús en su vida, luego de experimentar la felicidad trasformadora del Señor, siente en su interior un llamado a la entrega total. Algo que es muy común entre los distintos testimonios vocacionales es lo mismo que expreso, hace ya mucho tiempo un joven seminarista que ahora es beato Ceferino Namincurá, "Quiero ser útil a mi gente".

Entonces un seminarista es un joven que escucha en su interior un llamado de Jesús para que con la ofrenda de su vida sea útil a la gente; haciendo presente a Dios atraves de los sacramentos, y sobre todo con el testimonio ejemplar de vida.

ULTIMA NOTICIA

Amigos no se olviden de rezar, por el seminarista Fernando Lede más conocido como el "semi hippie", que el próximo 6 de marzo sera admitido a las sagradas ordenes e instituido Lector.

¿qué es esto?

es como un compromiso hecho por Fernando al aporoximarce a la ordenación diaconal, y también un reconocimiento por parte de la Iglesia que confirma en el candidato una intención verdadera de ser sacerdote.

Lo del Lector es un ministerio laical, en el cual se le pide que "Mantenga vigente en el corazón de los hombres la Palabra de Dios", tremenda misión se le va a pedir, así que intencifiquemos cada día nuestra oración por fer.

SITIO EN CONSTRUCCIÓN

ORACIÓN POR EL AUMENTO Y PERSEVERANCIA DE LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS

Oh Jesús, Divino pastor de las almas, que
llamaste a los apóstoles para hacerlos
pescadores de hombres: atrae hacia ti las
almas ardientes y generosas de los jóvenes
para hacerlos tus servidores y ministros.

Hazlos partícipes de tu redención
universal, por la cual renuevas tu
sacrificio sobre tus altares.
Descúbreles el horizonte del mundo entero,
donde la silenciosa súplica de tantos
hermanos pide la luz de la verdad y el calor
del amor, para que, respondiendo a tu
llamado, prolonguen aquí en la tierra tu
misión, edifiquen tu Cuerpo Místico, la
Iglesia, y sean “sal” de la tierra
y “luz” del mundo.

Extiende, Señor, tu llamado a muchas
almas generosas e infúndeles el ansia de la
perfección evangélica y de la entrega al servicio de la Iglesia y de los hermanos
necesitados de asistencia y caridad. Amén

Pablo VI